Des-control. Embriagadora sensación. Me encanta, ¡coño! Es como si fuese una presión en cada resquicio de tu cuerpo, me refiero a una presión concreta, no abstracta. Es como una serpiente que no tiene cola. Sí, ¡eso es! Podemos distinguir el momento dónde empezamos a sufrirlo, podemos sentir el cosquilleo desde el último pelo de la cabeza hasta el dedo pequeño del pie. Y sin embargo no sabemos siquiera dónde puede terminar. Qué sé yo, las noches locas siempre acaban bien.
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