sábado, 22 de diciembre de 2012

478 días interminables.

Voy a irme, saldré por la puerta de atrás...sin hacer ruido, sin que nadie gaste su tiempo en recordarme. No soporto otras 24 horas entre las mismas dudas de todos estos meses: "¿Quién soy?, ¿Qué estoy haciendo aquí?, ¿A quién le importo?

¿Sabes? Me tuviste siempre para ti. Durante cada maldita hora de esos 478 días interminables. Te esperé a cada momento. Hiciese sol, lloviznase, granizase o lloviese a mares. Te esperé incluso cuando cada metro cuadrado de este pequeño pueblo se vestía de blanco.

Porque siempre has sido tú entre todo lo demás. Porque admiraba cada centímetro de tu cuerpo, cada cosa, cada sonrisa y cada mirada de tu vida. Me gustaba hasta que me sacases de quicio, porque sabía que estabas dedicándome tú valioso tiempo. Porque siempre encontrabas la manera, el detalle de llenar cada resquicio de mi vida con la tuya.
Ahora tan sólo noto tu ausencia en cada parte de mi cuerpo que se vuelve débil por segundos. He dejado de querer, siquiera de sentir cualquier cosa por increíble y perfecta que sea.

Me odio hasta tal punto de ni saber quién soy, de ni saber qué estoy haciendo aquí y por supuesto de ni saber a quién le importo.

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