domingo, 25 de octubre de 2015

Ojalá no lo entendáis nunca.

He encontrado varias frases sueltas y sin sentido que escribí hace unas cuantas semanas. Las he leído tantas veces que podría decírtelas de memoria. Tantas veces que podría describirte el momento preciso en que sentí cada una. Por su culpa he sabido que hiciese lo que hiciese no sería capaz de escribir igual de feliz. Ojalá no haberlas encontrado nunca.

O mejor dicho...ojalá haberlas encontrado antes. Porque hoy he vuelto a parar, sólo para ser consciente de todas las cosas tan intensas y tan bonitas que he vivido. Y sé que no quiero deshacerme de los recuerdos que recuerdan las distancias ya insalvables y las promesas que no quiero volver a escuchar.

Sigo siendo la misma chica que sueña y sueña. Quizás más vivida, más madura y más fuerte. Lo único que ha cambiado es que ahora no necesito que nadie me bese las heridas, puedo sola.

De lo que estoy segura, es que no me arrepiento. Jamás me arrepiento. Arrepentirse es no haber entendido nada. Así que...

                                          gracias vida, por enseñarme a dejar ir y estar orgullosa de hacerlo.