sábado, 14 de septiembre de 2013

Si escribe el corazón imposible que mintiera.

Haría eterno el despertar entre rayos de sol irrespetuosos y unos cuantos gritos a lo lejos que se mezclan con el ajetreo de la ciudad.

De la misma manera que me levanto, también levanto la persiana y abro la ventana de par en par y cojo aire tan fuerte que parece irme la vida en ello.

Justo enfrente, un bloque de pisos se junta con el cielo. Dedico siempre las últimas horas de la mañana a imaginar la vida de aquellos que están al otro lado de la ventana. Les pienso enamorados, un amor totalmente distinto, un amor puro. Les pienso en una cama llena de sueños compartidos.

Y como siempre, son unos cuantos sentimientos mezclados con palabras los que me devuelven a mi ser. Los que me llevan a recuperar mi esencia, a abrazar a un desconocido que no lo era tanto y a enamorarme de su sonrisa que es la más bonita de este jodido desastre llamado mundo.

Soy yo, más viva que nunca. Ahora no quiero huir, sino que vuelvo para conquistar el mundo una vez más. Ahora sólo quiero poder mirar despreocupada el mismo cielo y poder enredarnos en el caos de un amor delirante de los que ya no quedan.

Oye, Sonrisa, si tú me dejas haré de todos los meses septiembre, para que nos podamos querer sin caducidad.